En un principio se inició a través de las Cámaras de Comercio. En 1599 la primera Cámara se formó en Marsella, Francia . . . siglos después iniciaron el los Estados Unidos, todas con el propósito de formar una red de empresas para mejorar el clima para el comercio, generar negocios entre sí y defender sus intereses mutuos. En América del Norte, la primera Cámara se estableció en Halifax en 1750.
Con el tiempo, las Cámaras de Comercio comenzaron a reconocer la oportunidad de motivar a personas de otras partes del país (y, en algunos casos, del mundo) a visitar sus comunidades, logrando la inyección de dinero nuevo en sus economías. Muchas de estas comunidades establecieron “Comités de Turismo” para desarrollar estrategias para atraer visitantes a vacacionar o pasar un fin de semana largo en su ciudad.
Para muchas comunidades, el establecimiento de impuestos de sobre hospedaje como un medio para financiar estos esfuerzos para atraer visitantes resultó en que el “Comité de Turismo” tuviera acceso a un flujo de ingresos significativo. Con el tiempo, la mayoría de estos Comités solicitaron la independencia de la Cámara de Comercio. De la misma forma, a medida que el Desarrollo Económico comenzó a convertirse en un objetivo importante para las comunidades, estos Comités de Desarrollo Económico también comenzaron a trabajar en su independencia de la Cámara.
Hoy, en la mayoría de las comunidades existe una Cámara de Comercio, una Organización de Desarrollo Económico y una Organización de Marketing de Destino (a veces denominada OCV u Oficina de Turismo), junto con otras organizaciones, todos dedicados al crecimiento y éxito de su comunidad.
Cuando se crearon inicialmente las OMDs, se centraron principalmente en captar congresos, convenciones y reuniones para su comunidad. De hecho, la primera OMD urbana se creó en 1896 para atraer convenciones a la ciudad de Detroit, con el fin de mostrar a los asistentes a la Ciudad como un lugar potencial para la inversión empresarial (el objetivo no era generar «cuartos noche” en ese inicio). Estas primeras organizaciones se llamaron «Oficinas de convenciones» y finalmente ampliaron su nombre para incluir «y visitantes» (por lo tanto, OCV). Para muchas comunidades, sin embargo, no fue sino hasta los años 1970 y 1980 que el marketing para viajeros de placer comenzó a adoptarse.
Y esa evolución no se ha detenido. En los años 90, las OMD comenzaron a convertirse en defensores públicos de los proyectos de desarrollo de destinos, como los Centros de Convenciones y Complejos Deportivos aptos para diversos Torneos. Muchos lanzaron Comisiones Deportivas para atraer torneos a sus ciudades, así como la construcción de complejos e instalaciones deportivas bajo techo. A medida que avanzaban las dos primeras décadas del nuevo milenio, algunas OMD pasaron a administrar instalaciones de arte, cultura y patrimonio. Durante la última década, hemos visto que las OMD dedican importantes recursos a la creación de experiencias que atraen tanto a los visitantes como a los residentes. Por eso, hace algunos años, algunos propusieron la idea de que la “M” en OMD debería significar Manejo o Gestión del Destino.
En Ibero-America, aunque con muchas similitudes, el modelo de gestión de las OMD varía de un país a otro. Por ejemplo, en algunos países se aplica el Impuesto sobre Hospedaje, siendo este una parte importante para el fondeo de las OMD, en otros países se cuenta con un esquema de membresías que permite contar con asociados e ingresos. La mayoría de las OMD están enfocadas a mercadeo de destinos, y empiezan a verse los primeros pasos hacia la gestión como una de sus funciones. El reto principal es la duplicidad de funciones que se puede dar con los gobiernos locales.
Resumen tomado de la página de DMOproz (https://wombat-dog-2xwx.squarespace.com)
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